Los laberintos del sobreanálisis en el autismo
- Larissa Guerrero

- May 5, 2024
- 6 min read
Updated: Sep 19, 2024
Por Dra. Larissa Guerrero

El autismo abarca una amplia gama de perfiles y experiencias, así como una serie de particularidades cognitivas que influyen profundamente en la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Entre estas características, se encuentra una tendencia marcada al sobreanálisis, un fenómeno que implica una minuciosa descomposición y examen de cada aspecto del entorno, situaciones sociales e interacciones. Este proceso de análisis exhaustivo se percibe como una sobrecarga cognitiva, ya que las personas autistas dedicamos una cantidad significativa de energía mental a procesar y entender los detalles más sutiles del entorno y de las interacciones sociales.
El sobreanálisis se puede entender como un proceso cognitivo en el cual una persona examina y descompone minuciosamente cada elemento de una situación, problema o interacción, a menudo en un nivel de detalle que supera las necesidades prácticas o la comprensión general del contexto. Este proceso se caracteriza por una atención excesiva a lo pequeño, una reflexión prolongada sobre diferentes aspectos y una dificultad para sintetizar la información de manera efectiva. El sobreanálisis, además de implicar una atención meticulosa al planteamiento y análisis exhaustivo de todas las posibles consecuencias y escenarios que podrían surgir en una situación dada. Las personas que experimentamos el sobreanálisis tendemos a anticipar y evaluar una amplia gama de posibilidades, desde las más probables hasta las más remotas, en un esfuerzo por comprender completamente una situación o tomar decisiones informadas. Este enfoque puede llevar a un procesamiento prolongado de la información y una dificultad para llegar a una conclusión definitiva, ya que se consideran todas las variables y contingencias posibles antes de tomar cualquier acción.
La causa neurobiológica del sobreanálisis en el autismo se cree estar relacionada con una serie de características estructurales y funcionales del cerebro. Uno de los conceptos clave que se ha estudiado en este contexto es la hiperconectividad neuronal, que se refiere a una mayor cantidad de conexiones neuronales o una comunicación anormalmente intensa entre diferentes regiones del cerebro. Se ha observado que ciertas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal y las regiones relacionadas con el procesamiento sensorial, pueden estar hiperconectadas. Esta hiperconectividad puede llevar a un procesamiento de la información más detallado y exhaustivo, ya que la información se transmite y se procesa a través de una red neuronal más densa y activa. Además, la diferencia en la conectividad funcional entre las regiones del cerebro influye en cómo se procesa y se integra la información. Por ejemplo, se ha sugerido que las personas autistas pueden tener dificultades para modular la actividad neuronal en diferentes áreas del cerebro, lo que podría contribuir a la tendencia al sobreanálisis y a la dificultad para cambiar el enfoque de atención de manera flexible.
Otro aspecto relevante es la diferencia en la percepción sensorial en el autismo, que puede estar relacionada con una mayor sensibilidad a los estímulos sensoriales. Esta hipersensibilidad puede amplificar la cantidad de información que se procesa en el cerebro, lo que podría contribuir al sobreanálisis al aumentar la cantidad de detalles que se registran y se consideran en cualquier situación dada. La presencia del pensamiento y lenguaje divergentes en el autismo añade una capa adicional al sobreanálisis. El pensamiento divergente en el autismo se refiere a la capacidad de procesar información y generar ideas de una manera que es distintiva y, a menudo, no convencional en comparación con el pensamiento neurotípico. Las personas autistas generalmente tenemos un enfoque lógico e innovador para abordar problemas y situaciones, a menudo haciendo conexiones y asociaciones que pueden parecer inusuales para los observadores externos. Este pensamiento puede ser altamente detallado y centrado en áreas de interés específicas, lo que puede llevar a un enfoque profundo pero estrecho en determinados temas.
Por su parte, el lenguaje divergente en el autismo se refiere a la forma en que las personas autistas expresamos nuestros pensamientos y comunicamos ideas. Esto a través del uso de un lenguaje altamente formal o técnico, la repetición de frases o palabras específicas (ecolalia), la inversión de pronombres (pronombre invertido), la ausencia de matices tonales en la voz (monotonía), y la literalidad con la que nos expresamos e interpretamos.
La interpretación literal está estrechamente relacionada con el sobreanálisis debido a la forma en que afecta la comprensión de las situaciones y las interacciones sociales. Cuando las personas autistas interpretamos el lenguaje de manera literal, es decir, tomamos las expresiones idiomáticas o figurativas al pie de la letra, perdemos el significado implícito o contextual de las palabras. Esto conduce a malentendidos, ya que las expresiones comunes al ser interpretadas de manera demasiado literal, interpretamos de manera incorrecta el contexto dado y lleva a una sobreinterpretación de la situación, donde comenzamos a analizar y reflexionar sobre posibles razones detrás de la declaración, sin considerar el contexto emocional o social más amplio.
Este proceso de sobreinterpretación está estrechamente relacionado con el sobreanálisis, ya que implica una atención excesiva a los detalles y una reflexión prolongada sobre el significado de las palabras o acciones. Las personas autistas tenemos la necesidad de analizar cada palabra o expresión en busca de un significado literal, lo que puede resultar en una constante evaluación y reinterpretación de las interacciones sociales, lo que contribuye a la ansiedad social y dificultad en la participación en conversaciones fluidas y naturales.
No obstante, la falta de comprensión de las normas sociales y las sutilezas de la interacción humana contribuye significativamente al sobreanálisis y a la ansiedad social. Las personas autistas a menudo experimentamos dificultades para discernir el significado detrás de ciertas expresiones o gestos no verbales, como expresiones faciales o el tono de voz que pueden contener información importante sobre las intenciones y emociones de los demás, estas dificultades para interpretar estas señales de manera precisa o para captar las sutilezas de las interacciones sociales, generan confusión e incertidumbre. Esta falta de comprensión además de que nos da ansiedad por no poder interpretar correctamente lo que se supone hay que interpretar nos lleva a la necesidad de analizar excesivamente cada aspecto de la interacción o conversación en un esfuerzo por comprender y anticipar los comportamientos y expectativas de los demás.
El temor al rechazo o a cometer errores sociales puede intensificar el sobreanálisis, ya que estamos constantemente evaluando nuestro propio comportamiento ya que generalmente nos encontramos buscando señales de aprobación o desaprobación en los demás. Esta preocupación constante por no cumplir con las normas sociales alimenta un ciclo de ansiedad y sobreanálisis dificultando aún más la participación en situaciones sociales y aumentando la sensación de aislamiento y desconexión social.
Las experiencias pasadas juegan un papel significativo en el desarrollo del sobreanálisis, ya que pueden influir en la forma en que percibimos y abordamos las situaciones sociales en el presente. Las experiencias previas de rechazo, incomodidad o traumas pueden dejar una marca duradera en la mente generando una sensación de inseguridad y desconfianza en futuras interacciones sociales.
La invalidación de las experiencias autistas por parte de los demás también puede contribuir al sobreanálisis. La falta de reconocimiento o comprensión de las necesidades y perspectivas autistas por parte de la sociedad puede hacer que las cuestionemos constantemente nuestras propias experiencias y percepciones, alimentando la sensación de inseguridad y la necesidad de analizar cada detalle en busca de validación o confirmación.
La resistencia al cambio es otra faceta importante que alimenta el sobreanálisis. Las personas autistas nos abrumamos por los cambios inesperados o las situaciones nuevas, lo que genera ansiedad y la necesidad de sobreanalizar y repasar todas las posibilidades de cada aspecto de la situación para sentirnos seguras y preparadas.
La ansiedad por la novedad también juega un papel en el sobreanálisis. Las personas autistas experimentamos ansiedad ante lo desconocido, lo que lleva a analizar exhaustivamente cada detalle de una situación nueva en un intento de anticipar y controlar cualquier posible resultado negativo.
Las experiencias traumáticas que dejaron una huella profunda en la mente nos generan una hipervigilancia constante y la necesidad de sobreanalizar cada detalle en busca de señales de peligro o malestar potencial.
En conclusión, el sobreanálisis en el autismo es un fenómeno complejo que surge de una interacción multifacética de factores neurobiológicos, cognitivos, sociales, experienciales y emocionales.
En última instancia, el sobreanálisis puede tener importantes implicaciones para el bienestar emocional y la participación en la vida cotidiana. Comprender las causas y los factores que contribuyen al sobreanálisis es fundamental para desarrollar estrategias de apoyo efectivas que nos ayuden a gestionar la sobrecarga cognitiva, reducir la ansiedad social y mejorar nuestra calidad de vida en general.



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