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El autismo femenino desde la perspectiva de la neurodivergencia

Por Larissa Guerrero



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Mito 1: El autismo es predominantemente masculino. La creencia arraigada de que el autismo es exclusivo de los hombres ha llevado a muchas mujeres autistas a ser diagnosticadas tarde o a ser pasadas por alto, ya que los estereotipos se centran en presentaciones más visibles, pero no necesariamente más comunes, del autismo.


Mito 2: Las mujeres autistas son expertas en ocultar su condición. Se cree que las mujeres autistas pueden "camuflar" mejor sus características autistas, adaptándose para encajar en normas sociales convencionales. Sin embargo, este camuflaje puede llevar a problemas de salud mental y estrés crónico al suprimir su verdadera identidad.


Realidad 1: Diversidad en las presentaciones del autismo. El autismo femenino tiende a manifestarse de manera diferente, presentando síntomas más sutiles y estereotipos menos marcados que los típicamente vistos en hombres. Esta diversidad de expresiones puede dificultar la identificación temprana y el diagnóstico preciso.


Realidad 2: Camuflaje y consecuencias. Las mujeres autistas pueden aprender a "camuflar" sus rasgos autistas para adaptarse socialmente, pero este comportamiento puede llevar a un agotamiento extremo, ansiedad, depresión y sentimientos de inautenticidad.


La neurodivergencia es un término que se utiliza para describir las diferencias neurológicas que existen entre las personas, y que se manifiestan en distintas formas de pensar, sentir, percibir y comunicarse. La neurodivergencia engloba condiciones como el autismo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la dislexia, el síndrome de Tourette, entre otras [1]. La neurodivergencia se contrapone al concepto de neurotipicidad, que se refiere al desarrollo neurológico considerado como típico o normal por la mayoría de la sociedad. Sin embargo, la neurodivergencia no implica una patología o una discapacidad, sino una diversidad natural que debe ser respetada y valorada [2].


El autismosabemos que es un neurotipo de base genética, es una neurodivergencia que afecta al desarrollo social, comunicativo y sensorial de las personas autistas. Se presenta en un espectro, lo que significa que hay una gran variedad de características y diferencias de afectación entre las personas autistas [3]. Los estudios epidemiológicos indican que hay de 3 a 2 veces más niños afectados con autismo que niñas, pero los estudios clínicos indican una preponderancia mucho mayor a favor de los varones [4] ya que existe una infra-detección del autismo con un diagnóstico tardío o equivocado con mayor frecuencia en niñas y mujeres con autismo [4].


Diferencias clínicas entre géneros


Las niñas y mujeres con autismo presentan características clínicas, cognitivas y biológicas diferenciales que pueden dificultar su identificación y diagnóstico. Algunas de estas diferencias son las siguientes:


  • Las niñas y mujeres con autismo suelen tener mejores habilidades sociales y comunicativas que los varones, lo que les permite camuflar o compensar sus dificultades en estos ámbitos [5]. Por ejemplo, pueden imitar el comportamiento de sus pares, seguir las normas sociales o mantener una conversación superficial, aunque no comprendan el sentido implícito o las emociones de los demás [5], sin embargo, sí existen características clínicas aun cuando sean distintas o en menor grado, aunque hay estudios clínicos en los que en pruebas como el ADOS-2 no se encontraros diferencias grandes [6].

  • Las niñas y mujeres con autismo suelen tener intereses más amplios y menos estereotipados que los varones, lo que les permite integrarse mejor en los grupos de su edad y género [7]. Por ejemplo, pueden interesarse por la moda, los animales, la música o la literatura, aunque lo hagan con una intensidad o una perspectiva diferente a la habitual [7].

  • Las niñas y mujeres con autismo suelen tener una mayor capacidad de empatía cognitiva que los varones, es decir, de reconocer y entender los pensamientos y sentimientos de los demás, aunque tengan dificultades para expresar y regular sus propias emociones [8]. Por ejemplo, pueden percibir el malestar o la alegría de alguien, aunque no sepan cómo reaccionar o consolarlo [8].

  • Las niñas y mujeres con autismo suelen tener un mayor riesgo de padecer trastornos psiquiátricos co-ocurrentes que los varones, como ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo o trastorno de la conducta alimentaria, lo que puede enmascarar o confundir el diagnóstico de autismo [9]. Por ejemplo, pueden presentar síntomas de ansiedad social, fobia específica, obsesiones o compulsiones, restricción o atracones alimentarios, que pueden atribuirse a otras causas o tratarse de forma aislada [9].


Factores sociales y culturales


Además de las diferencias clínicas, existen factores sociales y culturales que influyen en la detección y el diagnóstico del autismo en el género femenino. Algunos de estos factores son los siguientes:


  • Existe un sesgo de género en la conceptualización y la evaluación del autismo, que se basa en los criterios y los instrumentos diseñados a partir de la observación de los varones, que son los más estudiados y representados en la investigación [6]. Por ejemplo, se considera que el autismo se caracteriza por una falta de interés o de habilidad social, por intereses restringidos o inusuales o por conductas repetitivas o rígidas, que pueden no ser tan evidentes o frecuentes en las niñas y mujeres con autismo [6].

  • Existe una falta de conciencia y de formación sobre el autismo en el género femenino, tanto en los profesionales de la salud como en la sociedad en general, que puede llevar a ignorar o minimizar las señales de alerta o los síntomas de las niñas y mujeres con autismo. Por ejemplo, se puede pensar que las niñas y mujeres con autismo son tímidas, sensibles, perfeccionistas o inteligentes, sin reconocer sus dificultades específicas o sus necesidades de apoyo.

  • Existe una presión social y cultural sobre las niñas y mujeres para que se adapten a las expectativas y los roles de género, que puede hacer que oculten o supriman sus características autistas para evitar el rechazo o la discriminación. Por ejemplo, pueden fingir interés por temas o actividades que no les gustan, sonreír o asentir, aunque no entiendan lo que se dice o hacer lo que se espera de ellas, aunque no lo compartan o lo disfruten.


Mejora del diagnóstico e intervención


Para mejorar la detección y el diagnóstico del autismo en el género femenino, así como la intervención y el bienestar de las niñas y mujeres con autismo, se proponen algunas medidas o recomendaciones, tales como:


  • Ampliar y actualizar los criterios y los instrumentos diagnósticos del autismo, para que incluyan las manifestaciones específicas y diversas del autismo en el género femenino, así como las co-ocurrencias asociadas. Por ejemplo, se podrían incorporar ítems o preguntas sobre el camuflaje social, los intereses amplios o convencionales o los problemas emocionales o alimentarios.

  • Sensibilizar y formar a los profesionales de la salud, la educación y otros ámbitos sobre el autismo en el género femenino, para que puedan identificar y evaluar adecuadamente a las niñas y mujeres con autismo, así como ofrecerles una atención integral y personalizada. Por ejemplo, se podrían realizar cursos, talleres, conferencias o materiales informativos sobre el tema.

  • Promover la participación y el empoderamiento de las niñas y mujeres con autismo, para que puedan expresar y defender sus derechos, sus necesidades y sus preferencias, así como contribuir a la visibilidad y el conocimiento del autismo en el género femenino. Por ejemplo, se podrían crear espacios de encuentro, de intercambio o de apoyo entre las niñas y mujeres con autismo o con otras personas interesadas o implicadas en el tema.


¿Qué beneficios tiene adoptar la perspectiva de la neurodivergencia?


Adoptar la perspectiva de la neurodivergencia implica reconocer y valorar la diversidad neurológica como una riqueza humana, y no como un problema o un defecto. Esto tiene varios beneficios para las personas con autismo, especialmente para las mujeres tales como:


  • Mejorar la autoestima y la autoaceptación, al entender que el autismo no es una enfermedad o una limitación, sino una forma diferente de ser y de estar en el mundo [10].

  • Fomentar el empoderamiento y la participación, al reivindicar los derechos, las necesidades y las preferencias de las personas con autismo, y al contribuir a la visibilidad y el conocimiento del autismo femenino [10].

  • Promover la inclusión y la accesibilidad, al exigir que la sociedad se adapte a la diversidad neurológica, y no al revés, y al proporcionar los apoyos y los recursos necesarios para el bienestar y el desarrollo de las personas con autismo [10].


El autismo en el género femenino presenta características clínicas, cognitivas y biológicas diferenciales asociadas a una infra-detección y un diagnóstico tardío o equivocado. Los factores sociales y culturales también influyen en la comprensión y el reconocimiento del autismo en las niñas y mujeres. Es necesario mejorar el diagnóstico e intervención del autismo en el género femenino, así como promover su participación y empoderamiento.


Referencias

[1]: Specialisterne (2023). Autismo, neurodiversidad y neurodivergencia. Recuperado de [1](https://specialisternespain.com/autismo-neurodiversidad-y-neurodivergencia/).

[2]: Galen Hope (2023). Neurodivergencia en mujeres: Reconocimiento de diagnósticos de autismo y TDAH omitidos. Recuperado de [2](https://galenhope.com/es/mental-health-blog/neurodivergence-in-females/).

[3]: American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.

[4]: Hervás, A. (2022). Género femenino y autismo: infra detección y mis diagnósticos. Medicina, 82(Supl. 1), 37-43.

[5]: Lai, M. C., & Baron-Cohen, S. (2015). Identifying the lost generation of adults with autism spectrum conditions. The Lancet Psychiatry, 2(11), 1013-1027.

[6]: Schöttle, D., Briken, P., Tüscher, O., & Turner, D. (2017). Sexuality in autism: hypersexual and paraphilic behavior in women and men with high-functioning autism spectrum disorder. Dialogues in Clinical Neuroscience, 19(4), 381-393.

[7] Rynkiewicz, A., Schuller, B., Marchi, E., Piana, S., Camurri, A., Lassalle, A., & Baron-Cohen, S. (2016). An investigation of the ‘female camouflage effect’ in autism using a computerized ADOS-2 and a test of sex/gender differences. Molecular Autism, 7(10), 1. https://doi.org/10.1186/s13229-016-0073-0.

[8]: Solomon, M., Miller, M., Taylor, S. L., Hinshaw, S. P., & Carter, C. S. (2012). Autism symptoms and internalizing psychopathology in girls and boys with autism spectrum disorders. Journal of Autism and Developmental Disorders, 42(1), 48-59.

[9]: Van Wijngaarden-Cremers, P. J., van Eeten, E., Groen, W. B., Van Deurzen, P. A., Oosterling, I. J., & Van der Gaag, R. J. (2014).

[10]: Hervás, A. (2022). Género femenino y autismo: infra detección y mis diagnósticos. Medicina, 82(Supl. 1), 37-43.

 
 
 

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