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Más allá de lo binario: Diferencias neurobiológicas y genéticas en los perfiles de autismo

Por Larissa Guerrero

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Sin duda, el estudio de las diferencias neurobiológicas y genéticas entre los perfiles del autismo masculino y femenino, así como la variante no binaria, es un campo emergente y fascinante en la investigación actual. A medida que profundizamos en esta área, estamos descubriendo un panorama mucho más complejo y diverso de lo que se había reconocido anteriormente en el espectro autista. Las diferencias neurobiológicas entre los perfiles de autismo masculino y femenino han estado en el centro de la atención de la investigación en los últimos años. Tradicionalmente, el autismo ha sido investigado mayormente en hombres y, como resultado, las manifestaciones más visibles y estereotipadas del autismo se han basado en perfiles masculinos. Sin embargo, se ha vuelto cada vez más evidente que estas presentaciones no capturan plenamente la expresión del autismo en mujeres y personas no binarias.


Es importante mencionar que la existencia de los perfiles de autismo tanto femenino y masculino, y ahora no binario no significan que anulen por condición sine qua non

La realidad y la existencia de otros perfiles, por otra parte, hay que comprender lo que significa el concepto perfil. Un perfil hace referencia a las variaciones y diferencias que se observan en la presentación, en este caso del autismo, según el género. Esta idea sugiere que el autismo puede manifestarse de manera diferente en hombres, mujeres, personas no binarias u otras identidades de género. Lo que subraya la comprensión y aceptación de la diversidad, así como la realidad de la experiencia subjetiva, singular y única de cada persona como elemento fundamental en la validación de cada una de las experiencias autistas.


Si bien es cierto que la concepción de los "perfiles de género en el autismo" inicia como una teoría que se desarrolla para lograr la validación del autismo en las mujeres, también es cierto que esto abrió paso para la validación de personas con identidades de género diversas no binarias, trans, y cualquier manifestación de género queer. Los perfiles de género en el autismo nos ayudan a observar aquellos rasgos que se presentan de formas más sutiles, diferentes habilidades sociales, habilidades de empatía, comunicación, así como todas las estrategias adaptativas de camuflaje que en la vida diaria se manifiestan de formas distinta a lo que la investigación en hombres por décadas ha asentado los criterios diagnósticos y de “validación”. Esta comprensión se ha vuelto relevante para mejorar el diagnóstico y la comprensión del autismo en diferentes identidades de género, permitiendo un enfoque más inclusivo y preciso en la identificación y el apoyo a los autistas. No debemos olvidar que por un lado, la neurodiversidad y las variaciones individuales son comunes dentro de cualquier género y que el cerebro humano es altamente plástico, capaz de adaptarse y cambiar a lo largo del tiempo en respuesta a la experiencia y el entorno, y por otro lado, las diferencias individuales en habilidades cognitivas, emocionales y sociales no pueden atribuirse exclusivamente al género, sino que están influenciadas por una compleja interacción entre factores biológicos, ambientales, culturales y sociales.


A nivel neurobiológico, se han encontrado diferencias en la estructura y funcionamiento cerebral entre los géneros. Estas diferencias pueden influir en la forma en que se manifiestan las características o rasgos del autismo, así como en la respuesta a determinados terapias o acompañamiento. Las investigaciones sobre las diferencias neurobiológicas en la estructura y funcionamiento cerebral entre los géneros en autistas han comenzado a revelar un panorama más detallado de cómo se manifiesta el autismo en distintos perfiles. Algunos hallazgos preliminares sugieren variaciones significativas que pueden influir en la presentación y expresión de los rasgos autistas. Las variaciones que se mencionan en los estudios son:


Conectividad cerebral: Investigaciones con resonancia magnética funcional (fMRI) han mostrado diferencias en la conectividad funcional entre regiones cerebrales en hombres y mujeres autistas. Se ha observado que las mujeres tienden a tener una conectividad más integrada en comparación con los hombres, lo que sugiere patrones de comunicación cerebral distintos. Por ejemplo el estudio de Alaerts et al. (2016), Sex differences in autism: a resting-state fMRI investigation of functional brain connectivity in males and females.[1]


Volumen y morfología cerebral: Estudios de neuroimagen han revelado variaciones en el tamaño y la morfología de ciertas estructuras cerebrales entre géneros autistas. Por ejemplo, diferencias en el volumen del córtex prefrontal y la amígdala han sido documentadas, indicando posibles discrepancias en la organización cerebral. Un ejemplo es Irimia et al (2016) The connectomes of males and females with autism spectrum disorder have significantly different white matter connectivity densities.[2]


Funcionamiento cerebral durante tareas cognitivas y sociales: Algunos estudios han examinado la actividad cerebral durante la realización de tareas cognitivas y sociales en hombres y mujeres autistas. Han encontrado divergencias en la respuesta cerebral a estímulos emocionales o sociales, señalando una posible variación en los procesos neurales subyacentes.


Habilidades de Camuflaje: Las mujeres autistas tienden a tener una mayor capacidad de camuflaje social, lo que puede influir en la forma en que se manifiestan los síntomas. Esta habilidad para ocultar rasgos autistas puede llevar a diagnósticos más tardíos y a una subrepresentación en los estudios basados en poblaciones ya diagnosticadas.


Estas diferencias neurobiológicas entre géneros en el espectro autista subrayan la complejidad y la diversidad del autismo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos hallazgos son preliminares y que se necesita más investigación para comprender completamente cómo estas diferencias influyen en la experiencia autista y cómo podrían orientar estrategias de diagnóstico y tratamiento más personalizadas. Estos hallazgos neurobiológicos sugieren que las diferencias de género en el autismo podrían estar asociadas con divergencias en la estructura, conectividad y funcionamiento cerebral. Algunos ejemplos de investigaciones que han abordado este tema:


Estudio de Hull et al. (2019)[3], Development and Validation of the Camouflaging Autistic Traits Questionnaire (CAT-Q). Este estudio encontró que las mujeres autistas tenían más probabilidades de recibir un diagnóstico de autismo más tarde en comparación con los hombres. También señaló que las mujeres autistas tienden a presentar síntomas menos evidentes o estereotipados, lo que puede llevar a diagnósticos omitidos o erróneos.


Investigación de Lai et al. (2015)[4], Understanding autism in the light of sex/gender. Este estudio examinó cómo el camuflaje social puede enmascarar los síntomas autistas en mujeres. Descubrió que las mujeres autistas tienden a emplear estrategias de camuflaje social, lo que les permite adaptarse a las expectativas sociales convencionales, pero a expensas de un mayor estrés y riesgo de trastornos de ansiedad.


Estudio de Bargiela et al. (2016)[5], The Experiences of Late-diagnosed Women with Autism Spectrum Conditions: An Investigation of the Female Autism Phenotype. Esta investigación exploró la experiencia de camuflaje social en mujeres autistas y sus efectos en la identidad y bienestar. Encontró que el camuflaje social puede ser una estrategia para encajar en entornos sociales, pero puede generar estrés psicológico y emocional.


Estudio de Hervás (2022)[6], Género femenino y autismo: infra detección y mis diagnósticos. Este artículo analiza la presentación clínica del autismo en niñas y mujeres, factores relacionados con su infra detección y diagnóstico o confusión diagnóstica y mecanismos de mejora en su diagnóstico e intervención.


En cuanto a la investigación sobre la variación en la expresión genética varios estudios han explorado las diferencias genéticas entre hombres y mujeres autistas, pero es importante destacar que la comprensión exacta de las variantes genéticas específicas que podrían estar más presentes en mujeres autistas aún está en desarrollo. Algunos estudios han indicado ciertas tendencias, pero la investigación en esta área continúa evolucionando. Estos estudios genéticos sugieren que pueden existir diferencias en la expresión y carga genética entre los perfiles de autismo masculino, femenino y no binario. Sin embargo, es importante destacar que la comprensión de las bases genéticas del autismo en diferentes géneros aún está en una etapa inicial, y se necesitan más investigaciones y análisis para comprender completamente estas diferencias y su relevancia clínica.


Algunos estudios han identificado variaciones en la expresión génica que podrían contribuir a las diferencias en la manifestación del autismo entre géneros. Por ejemplo:


Estudio de Werling et al. (2016)[7]: Gene expression in human brain implicates sexually dimorphic pathways in autism spectrum disorders. Esta investigación analizó muestras de ADN de individuos autistas y no autistas. Descubrió que ciertos genes relacionados con el desarrollo cerebral mostraban patrones de expresión genética diferentes en hombres y mujeres autistas, lo que sugiere una posible influencia en las diferencias fenotípicas.


Investigación de W Hu et al. (2015)[8] Investigation of sex differences in the expression of RORA and its transcriptional targets in the brain as a potential contributor to the sex bias in autism. Esta investigación sugiere que la alteración de la expresión de Rora/RORA puede tener un mayor impacto en los hombres, ya que las diferencias de sexo en la correlación de RORA y la expresión del gen diana indican que los hombres con deficiencia de RORA pueden experimentar una mayor desregulación de genes relevantes para el TEA en ciertas regiones del cerebro durante el desarrollo.


Investigación de Jacquemont et al. (2014)[9], A higher mutational burden in females supports a "female protective model" in neurodevelopmental disorders. Este estudio examinó las variaciones genéticas en individuos autistas y encontró que las mujeres autistas tenían una mayor carga de mutaciones genéticas raras y de novo en comparación con los hombres autistas, lo que podría estar relacionado con la variabilidad en la presentación del autismo.


Estudio de Warrier et al. (2017), Genome-wide meta-analysis of cognitive empathy: heritability, and correlates with sex, neuropsychiatric conditions and cognition.[10]

Investigadores analizaron datos genéticos de individuos autistas y no autistas y encontraron diferencias en la arquitectura genética entre géneros. Observaron que ciertas variantes genéticas específicas estaban asociadas con el autismo en mujeres, lo que sugiere una contribución genética diferencial en la expresión del autismo.


Estudio de Lai et al. (2015)[11], Sex/Gender Differences and Autism: Setting the Scene for Future Research. Este estudio exploró patrones de expresión génica en muestras de tejido cerebral de hombres y mujeres autistas. Descubrió diferencias significativas en la expresión de genes relacionados con la conectividad neuronal y la función cerebral entre géneros, lo que sugiere una expresión génica diferencial asociada con el autismo en hombres y mujeres.


Estudio de Irimia et al. (2018)[12]: Esta investigación investigó patrones de expresión génica en tejido cerebral y observó diferencias en la actividad de ciertos genes relacionados con la función cerebral en hombres y mujeres autistas. Estos patrones de expresión génica diferencial podrían contribuir a las diferencias fenotípicas observadas entre géneros en el autismo.


Estos estudios han proporcionado indicios de que los genes asociados con el autismo pueden expresarse de manera diferente en función del género, lo que sugiere que las diferencias en la expresión génica podrían contribuir a las variaciones fenotípicas observadas entre hombres y mujeres en el espectro autista.


En cuanto a la epigenética


Hasta el momento, algunos estudios han explorado diferencias en la metilación del ADN, un proceso epigenético que puede influir en la actividad génica, entre géneros en personas autistas. Estas investigaciones sugieren que las variaciones en la metilación del ADN podrían estar asociadas con diferencias en la expresión génica y las manifestaciones clínicas del autismo en hombres y mujeres.


Estudio de Nardone et al. (2014), DNA methylation analysis of the autistic brain reveals multiple dysregulated biological pathways.[13] Este estudio analizó muestras de sangre de individuos autistas y encontró diferencias en los patrones de metilación del ADN entre géneros. Observaron marcadores epigenéticos específicos que mostraban diferencias en su metilación entre hombres y mujeres autistas.


Investigación de Ladd-Acosta et al. (2014), Common DNA methylation alterations in multiple brain regions in autism.[14]. Examinó la metilación del ADN en muestras de sangre y saliva de individuos autistas y no autistas. Encontraron patrones de metilación diferencial asociados con genes relacionados con el desarrollo neuronal y la función cerebral, y observaron diferencias en la metilación entre géneros en individuos autistas.


Estudio de Sun et al. (2016), Histone Acetylome-wide Association Study of Autism Spectrum Disorder.[15] Analizó patrones de metilación en muestras de sangre y tejido cerebral de personas autistas y no autistas. Encontraron diferencias en la metilación del ADN en genes relacionados con la regulación de la expresión génica, y sugirieron que estas diferencias podían estar asociadas con el género en individuos autistas.




En resumen, el autismo es complejo y multifacético que se manifiesta de manera única en cada individuo independientemente del género, sin embargo, es importante asumir la necesidad de acudir a los perfiles de género en el autismo para lograr mayor visibilidad de todas las personas ya sean mujeres, hombre, género no binario o de cualquier género queer o trans. A medida que avanzamos en nuestra comprensión de las diferencias neurobiológicas y genéticas en los perfiles de autismo logramos mayor inclusión y validación de todas las experiencia y encarnaciones del autismo subrayando la variabilidad, amplitud, diversidad y multipresentaciones del espectro autista, cabe mencionar que los perfiles de género del autismo no son específicos para el género asignado al nacimiento ni para la diversidad en los cariotipos del ADN, hay que asumir que las variaciones en la configuración cromosómica de una persona, que por lo general, se asocian solo a dos tipos principales de cariotipos: XX (femenino) y XY (masculino), que determinan el género biológico asignado al nacer, son una visión reduccionista de la realidad ya que, existen otras variaciones cromosómicas, como XXY, XYY, XO, entre otras, que pueden manifestarse en personas con características sexuales y de género diferentes a las convencionalmente binarias, sabemos que el género es una construcción social y cultural más compleja que va más allá de la determinación biológica y neurobiológica y que la diversidad de género reconoce que no todas las personas se identifican dentro de los parámetros tradicionales de hombre y mujer.


Al existir diversas identidades de género, como no binario, género fluido, agénero, entre otros, que no se ajustan a la dicotomía tradicional masculino/femenino, lo lógico es asumir que los perfiles de género en el autismo también son un espectro y forman parte de la neurodiversidad. La diversidad en los cariotipos, la diversidad de género y la diversidad en los perfiles de género en el autismo subrayan la complejidad y la variabilidad de la identidad y expresión de género, así como la realidad de la veracidad en las experiencias subjetivas como verdades narrativas. Encerrar al autismo en una sola presentación o en una presentación binaria a partir de pensamiento binario (blanco-negro, todo-nada, absolutismo-nihilismo, etc.) es negar a las personas autistas a una realidad diversa en todas sus manifestaciones, de acuerdo a la encarnación de cada una de ellas, reconocer y respetar esta diversidad, neurodiversidad, así como diversidad neurobiológica y diversidad biológica-genética es fundamental para crear sociedades inclusivas y comprensivas, que permitan a todas las personas expresar su identidad como personas ya sea a través del género, de la diversidad en los perfiles de género del autismo y la diversidad ontológica en general de manera auténtica y sin discriminación. Por último, es esencial que continuemos explorando sin caer en creencias absolutistas ni creencias reduccionistas que no nos permitan lograr nuevos conocimientos y avances que en un futuro servirán como herramientas para la validación de la experiencia e identidad de las personas autistas sea cual sea su género y su manifestación.



[1] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26989195/ [2] https://gero.usc.edu/labs/irimialab/files/2018/03/077-2017-irimia-asd-connectome.pdf [3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30361940/ [4] https://molecularautism.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13229-015-0021-4 [5] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27457364/ [6] https://pesquisa.bvsalud.org/portal/resource/pt/biblio-1375892 [7] https://www.nature.com/articles/ncomms10717 [8] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26056561/ [9] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24581740/ [10] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28584286/ [11] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4284309/ [12]Op. Cit. https://gero.usc.edu/labs/irimialab/files/2018/03/077-2017-irimia-asd-connectome.pdf [13] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25180572/ [14] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23999529/ [15] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27863250/

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