El miedo a ser percibidos y la gelotofobia en personas autistas
- Larissa Guerrero

- Jun 3, 2024
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Por Dra. Larissa Guerrero

El miedo a ser percibido de manera negativa es un tipo de ansiedad social que afecta a muchas personas autistas. Sin embargo, se distingue de otras formas de ansiedad social por su enfoque específico en la preocupación constante por cómo somos vistos y evaluados por los demás debido a nuestra singularidad neurodivergente. Mientras que la ansiedad social puede manifestarse de diversas formas, como el temor a hablar en público o a participar en conversaciones grupales, el miedo a ser percibido se centra exclusivamente en la preocupación por cómo nuestras características únicas, comportamientos o formas de comunicación serán interpretados por los demás. Esta ansiedad puede ser especialmente intensa debido a la percepción de ser diferentes y la consiguiente expectativa de ser objeto de burla, juicio o marginación en el entorno social.
El miedo a ser percibidos se define como la preocupación constante por cómo somos evaluados y juzgados por los demás debido a nuestras características autistas. Este miedo surge de la convicción arraigada de ser objeto de burla, crítica o exclusión en el entorno social. Como resultado, las personas que lo experimentamos podemos sentir un profundo temor a participar en interacciones sociales o exponernos a situaciones donde podamos ser percibidos negativamente. Este miedo se alimenta de la constante expectativa de enfrentar críticas o rechazo que no surge de la nada, sino que está arraigada en nuestras experiencias pasadas.
Este miedo a ser percibidos se origina en las experiencias traumáticas que hemos enfrentado a lo largo de nuestras vidas. El bullying, el abuso y las transgresiones que hemos experimentado hacen que nuestra sensación de vulnerabilidad sea mayor y más profunda. Además, han hecho que temamos constantemente ser percibidos negativamente en el entorno social. Estas experiencias traumáticas no solo han dejado cicatrices emocionales, sino que también han influido en nuestra percepción de nosotros mismos y en cómo creemos que los demás nos ven.
Las críticas y juicios negativos hacia nuestro perfil sensorial particular son una fuente significativa de miedo a ser percibidos negativamente, cuando constantemente enfrentamos comentarios despectivos sobre nuestros comportamientos, intereses o formas de comunicación, se refuerza la convicción de que somos diferentes de una manera que la sociedad no acepta. Esta constante invalidación genera una hipervigilancia en nuestras interacciones sociales. Estamos constantemente alerta ante cualquier señal de rechazo o burla, lo que aumenta nuestra ansiedad social y nos lleva a evitar situaciones que puedan exponernos al juicio de los demás.
Además, la disfunción sensorial somática producto de traumas pasados puede intensificar aún más nuestro miedo a ser percibidos negativamente. Los estímulos sensoriales pueden desencadenar recuerdos dolorosos o asociaciones negativas, lo que nos lleva a evitar ciertos entornos o situaciones sociales para protegernos del malestar que provocan. Esta respuesta de evitación limita nuestra participación en la vida social y perpetúa el ciclo de marginación, ya que nos impide enfrentar nuestros miedos y construir relaciones significativas con los demás.

El miedo a ser percibidos y la gelotofobia están estrechamente relacionados debido a su naturaleza intrínseca de preocupación por cómo somos vistos y evaluados por los demás en situaciones sociales. La gelotofobia, o miedo a ser ridiculizado, puede surgir de manera inesperada en interacciones sociales donde percibimos una amenaza potencial para nuestra imagen o reputación. Este temor se entrelaza con el miedo a ser percibidos negativamente, ya que ambas experiencias comparten la preocupación por el juicio externo y la posibilidad de ser objeto de burla, rechazo o humillación. La humillación añade una capa adicional de angustia, ya que implica una pérdida de dignidad o estatus ante los demás, lo que refuerza aún más el miedo a ser percibidos de manera negativa.
Además, la gelotofobia puede ser especialmente desafiante para las personas con alexitimia, una condición caracterizada por la dificultad para identificar y expresar emociones. Cuando la gelotofobia y el miedo a ser percibidos están presentes en alguien con alexitimia, la capacidad para reconocer y comunicar los sentimientos de ansiedad o incomodidad en situaciones sociales se ve aún más comprometida. Esta dificultad para expresar emociones puede manifestarse de manera subyacente e inconsciente, exacerbando la ansiedad y el malestar en interacciones sociales.
El miedo a ser percibido puede desencadenar episodios de disociación como una forma de autoprotección ante el estrés social. Cuando nos sentimos abrumados por la ansiedad o el temor a ser juzgados en situaciones sociales, podemos desconectarnos emocionalmente del entorno como una forma de evitar el malestar emocional. Durante estos episodios de disociación, podemos experimentar una sensación de irrealidad o distanciamiento de nuestras emociones y experiencias, lo que nos permite evadirnos temporalmente de la situación amenazante.
Sin embargo, esta desconexión emocional puede tener consecuencias negativas, ya que aumenta la sensación de aislamiento y alienación. Al desconectarnos del entorno y de nuestras propias emociones, nos alejamos también de las oportunidades de conexión social y apoyo emocional que podrían ayudarnos a enfrentar el miedo a ser percibidos. Como resultado, la disociación puede profundizar aún más la ansiedad y el temor, creando un ciclo de estrés social y desconexión emocional.
Por otra parte, el problema de la doble empatía también contribuye al miedo a ser percibidos negativamente. La doble empatía se refiere a la dificultad de comprensión mutua entre personas neurotípicas y autistas, donde las diferencias en estilos de comunicación y procesamiento sensorial pueden dificultar la conexión emocional. Esto genera ansiedad y temor en las interacciones sociales, ya que las personas autistas nos sentimos malinterpretadas y juzgadas constantemente por nuestra forma de comunicación y nuestro comportamiento. Por un lado, las personas neurotípicas pueden no comprender completamente nuestras necesidades y experiencias, lo que lleva a los malentendidos y conflictos. Por otro lado, las personas autistas nos sentimos incomprendidas y marginadas por no poder expresar con facilidad nuestras emociones y experiencias. Esta falta de comprensión mutua alimenta el miedo a ser percibidos negativamente, ya que aumenta la sensación de desconexión y alienación en situaciones sociales.
Para afrontar el miedo a ser percibidos negativamente, es esencial que afirmemos y aceptemos nuestra identidad autista en su totalidad. Esto implica reconocer y valorar nuestras diferencias sensoriales, de comunicación, procesamiento e interacción social como parte integral de quiénes somos. Al aceptarnos plenamente, damos el primer paso hacia la construcción de una autoestima sólida y una mayor confianza en nosotros mismos en entornos sociales. Este proceso de aceptación propia puede ser fortalecido al buscar apoyo en comunidades autistas y en aliados solidarios que comprendan nuestras experiencias únicas. Al conectarnos con personas que comparten nuestras vivencias y desafíos, encontramos un espacio seguro donde podemos expresarnos libremente y recibir el apoyo emocional y práctico necesario para enfrentar el miedo a ser percibidos negativamente. En conjunto, afirmar nuestra identidad autista y buscar el respaldo de la comunidad nos brinda las herramientas y la fortaleza emocional para superar los obstáculos que surgen en nuestro camino hacia la aceptación y la integración social.
En última instancia, superar el miedo a ser percibidos requiere paciencia, comprensión y autocompasión. A través de la educación, la sensibilización y el desarrollo de estrategias efectivas de afrontamiento, podemos aprender a enfrentar el mundo con valentía y autenticidad, sin permitir que el temor a ser percibidos nos impida vivir plenamente nuestras vidas.



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